2 mayo, 2024

El Hurlinguense

FALTA NAFTA Y GASOIL POR TODA LA NACION: EL PAIS DEJA DE GIRAR SOBRE RUEDAS.

La severidad del cepo cambiario en Argentina, cada vez más asfixiante y riguroso, está generando serias repercusiones en el aparato productivo del país, afectando a diversos sectores económicos. El desabastecimiento de nafta y gasoil, que se ha extendido por todo el territorio nacional, es una de las consecuencias más notables de la escasez de dólares provocada por el actual sistema cambiario.

El disfuncional sistema cambiario implementado bajo la gestión de Sergio Massa ha generado una restricción significativa en la disponibilidad de divisas, lo que dificulta la financiación de importaciones necesarias para el funcionamiento normal de la economía. Los buques de carga con combustible se encuentran varados en aguas internacionales, a la espera de que el Banco Central autorice la venta de dólares para realizar pagos a proveedores en el extranjero. La falta de esta habilitación impide la llegada de combustibles al país, exacerbando el desabastecimiento.

El resultado inmediato de esta situación es un aumento exponencial en los precios, con algunos lugares del país ya pagando hasta $700 por litro de nafta, casi el doble del valor «oficial» establecido por el Gobierno para las empresas. Las estaciones de servicio que no han modificado sus precios se han visto obligadas a establecer cupos de venta, una medida que recuerda a las situaciones económicas de Cuba o Venezuela.

Empresas de renombre en el sector, como YPF, han mantenido varios buques en espera debido a la imposibilidad de realizar los pagos en dólares a sus proveedores. El Banco Central ha congelado de manera deliberada todos los pagos en divisas a empresas como BP Plc y Gunvor, que son suministradoras de la petrolera estatal.

La brecha cambiaria ha alcanzado niveles alarmantes, oscilando entre el 150% y el 200%, mientras que el tipo de cambio real multilateral ha retrocedido a mínimos no vistos desde diciembre de 2017. La persistente falta de dólares al tipo de cambio oficial, mantenido artificialmente en $350 para el segmento mayorista y $367 para el minorista, plantea una situación insostenible a largo plazo.

Se prevé que el Gobierno se vea forzado a llevar a cabo una devaluación aún más pronunciada que la realizada en agosto, aunque busca postergar el impacto para evitar un fuerte aumento de la inflación de cara a las elecciones de noviembre. La implementación del dólar exportador ha proporcionado cierto alivio en cuanto a la liquidación de divisas, otorgando al Banco Central un mayor margen de maniobra. Sin embargo, el abaratamiento artificial de las importaciones sigue siendo un desafío pendiente.

El Banco Central ha dejado de habilitar pagos a proveedores en el exterior durante los últimos 7 días, lo que refleja la gravedad de la situación económica bajo la  POBRE administración de Sergio Massa. Además, el próximo vencimiento de deuda con el Fondo Monetario Internacional asciende a US$ 2.600 millones, mientras que las reservas netas han alcanzado niveles históricamente negativos.