Este jueves, la Justicia rechazó el pedido de libertad condicional del Padre Grassi, el sacerdote condenado a 15 años de prisión por abuso sexual infantil. El Tribunal en lo Criminal N° 1 de Morón revisó y denegó la solicitud del sacerdote, quien cumple su condena en la Unidad N° 41 de Campana por el caso de abuso conocido como «Gabriel», que tuvo lugar en la Fundación Felices los Niños, una organización benéfica creada por el Padre Grassi en Hurlingham.

Julio César Grassi fue condenado en 2009 por abuso sexual reiterado y corrupción de menores agravada, al ser responsable de la educación y guarda de los niños que estaban bajo su cuidado. Los hechos que llevaron a su condena ocurrieron en noviembre y diciembre de 1996, en la Fundación Felices los Niños. Aunque fue condenado por dos hechos de abuso, Grassi fue absuelto de otras 15 acusaciones presentadas por dos jóvenes, identificados como «Ezequiel» y «Luciano».

La condena de 15 años de prisión efectiva se dictó tras un proceso judicial que captó la atención pública debido a la gravedad de los delitos y al perfil del acusado. Desde su condena, Grassi ha permanecido en la cárcel de Campana, donde recientemente se graduó como abogado, con la intención de representarse a sí mismo en los procedimientos legales relacionados con su caso.

Habiendo cumplido dos tercios de su condena, Grassi solicitó la libertad condicional, un beneficio previsto en el sistema legal argentino para aquellos reclusos que han cumplido con este requisito temporal y muestran un comportamiento que sugiere su reintegración social. Sin embargo, en un hecho notable, Grassi se presentó a sí mismo como su propio abogado en esta audiencia, defendiendo personalmente su solicitud ante los jueces, el fiscal de ejecución y el particular damnificado.

A pesar de sus esfuerzos, el tribunal decidió denegar su pedido de libertad condicional, lo que significa que Grassi deberá continuar cumpliendo su condena en prisión. Esta decisión subraya la seriedad con la que la Justicia argentina trata los casos de abuso sexual, especialmente cuando involucran a menores de edad y personas en posiciones de poder y confianza.

El caso por el que Grassi fue condenado no fue el primer enfrentamiento del sacerdote con la Justicia. La primera denuncia penal en su contra se registró en 1991 en Mercedes, pero no prosperó. Años más tarde, en 1996, Grassi cometió los abusos por los cuales fue finalmente condenado. Además, en 1998, fue acusado de abusar de «Ezequiel» y, en el año 2000, de «Luis», otro menor en la sede de la fundación en El Calafate, Santa Cruz.

La situación de Grassi se agravó cuando, en noviembre de 2000, una carta anónima lo denunció por abusar de los niños bajo su cuidado en la Fundación Felices los Niños. Aunque esta causa fue archivada inicialmente por el Juzgado de Menores N° 3 de Morón, un informe del programa televisivo Telenoche Investiga titulado «Con los chicos, no», emitido en 2002, expuso públicamente las acusaciones de abuso sexual contra Grassi. Este reportaje impulsó a la Justicia a actuar con rapidez, y esa misma noche se ordenó la detención del sacerdote.

La Fundación Felices los Niños, creada por Grassi en 1993 en William Morris, Hurlingham, fue en su momento una ayuda para muchos niños en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, tras las denuncias y la condena de su fundador, la institución cayó en desgracia. La Fundación, que ocupaba 62 hectáreas junto a la autopista Camino del Buen Ayre, fue desmantelada. De estas tierras, 49 hectáreas se transformaron en la Reserva Natural Presidente Néstor Kirchner, mientras que el resto pasó a ser parte de los establecimientos públicos que hoy conforman el Polo Educativo Hurlingham.