25 abril, 2024

El Hurlinguense

«Cambalache» Enrique Santos Discépolo 

«Cambalache» es un tango argentino compuesto en 1934 por Enrique Santos Discépolo que se estrenó a fines de dicho año en el Teatro Maipo de Buenos Aires, Argentina, donde a pedido de Discépolo, lo cantó por primera vez Sofía «La Negra» Bozán. «Cambalache» fue uno de los tangos que Discépolo compuso para la película El alma del bandoneón, algunos de ellos en colaboración con Luis César Amadori, pero «Cambalache» es de su exclusiva autoría. En el filme, estrenado al año siguiente, lo interpretó Ernesto Famá con el acompañamiento de la orquesta de Francisco Lomuto.   

Historia 

La canción fue originalmente compuesta durante la Década Infame a la que denuncia en sus letras. A partir de 1943 en el marco de una campaña iniciada por el gobierno militar que obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país, incluyó al tango Cambalache dentro de los censurados para su difusión radiofónica.  

Las restricciones continuaron al asumir el gobierno constitucional el general Perón y en 1949 directivos de Sadaic le solicitaron al administrador de Correos y Telecomunicaciones en una entrevista que se las anularan, pero sin resultado. Obtuvieron entonces una audiencia con Perón, que se realizó el 25 de marzo de 1949, y el Presidente, que afirmó que ignoraba la existencia de esas directivas, las dejó sin efecto. 

Si bien la canción tuvo un origen y un contexto en su creación, su letra denunciando los males de su sociedad la transforman en un tema universal y aplicable a cualquier país del mundo; además que al representar a la sociedad humana de siempre será un tema vigente en cualquier época. En la letra se menciona junto a los próceres San Martín y Napoleón a algunos personajes reales y otros ficticios: Stavisky fue un financista y estafador que se suicidó en 1934, don Bosco fue un sacerdote, educador y escritor italiano del siglo XIX que fundó la Congregación Salesiana, don Chicho era el apodo de Juan Galiffi, fue un conocido mafioso de Argentina y Carnera alude al boxeador italiano consagrado campeón mundial el 29 de junio de 1933. Sobre «la Mignon» o «la mignon» hay varias hipótesis: para algunos se trata de la voz francesa “mignonne” entendida como querida o amante, para otros se refiere a un personaje de Goethe, una niña raptada que es obligada a cantar, bailar y divertir, que aparece en Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister así como en una ópera de Ambroise Thomas (1866). 

La siguiente versión de «Cambalache» es la más popular, pero no la única, hay muchas según la época. Así en la grabación que hizo el cantante Julio Sosa con la orquesta de Armando Pontier en 1955 reemplazó la expresión «el que vive de los otros» por «el que vive de las minas» y en lugar de «Mezclaos con Stavisky van don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín» cantó «Mezclaos con Toscanini van Scarface y la Mignon, don Bosco y Napoleón, Carnera y San Martín». 

“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos. 

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao… Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, 

caradura o polizón. 

¡Pero que falta de respeto, qué atropello a la razón! 

¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón! Mezclaos con Stavisky van don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remache ves llorar la Biblia contra un calefón.” 

Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil. ¡Dale nomás, dale que va, que allá en el horno nos vamo a encontrar! ¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao! Es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura 

o está fuera de la ley. 

Enrique Santos Discépolo